Tras su estreno en el Zinemaldi el 26 de septiembre, la película “Volar” se pudo ver en octubre en las tres capitales de la CAV. Y ahora tenemos la oportunidad de verla en el barrio. El próximo jueves 23 de noviembre se proyectará en los locales del centro cívico de Zorrotza, situado en la calle Clara Campoamor s/n.
Horario: 19:15 h
Entrada libre
Al finalizar el visionado, educadoras del EISE dinamizarán el dialogo entre las personas asistentes.
La película está dirigida por Bertha Gaztelumendi, y en ella nueve mujeres con un pasado de violencia de género relatan en primera persona sus experiencias y su recorrido vital.
Estas mujeres comparten un fin de semana en un caserío y allí tienen la oportunidad de conversar sosegadamente sobre aquellos aspectos de sus vidas que han sido condicionados por la violencia sufrida.
Emakunde ha promocionado la creación de esta película con el objetivo de que sus testimonios puedan convertirse en motores de cambio capaces de transmitir y destripar qué hay detrás de esos comportamientos violentos: cómo afectan a las mujeres y su entorno y qué consecuencias se derivan de esas situaciones. En todos los casos, las protagonistas de la película afirman, con la seguridad de quien lo ha vivido, que la sociedad no sabe, ni se imagina qué es sufrir maltrato y que por eso lo quieren contar.
La película muestra, asimismo, la diversidad de las mujeres que sufren violencia. Así, las protagonistas son una arquitecta, una profesora de universidad, una empleada de limpieza, una secretaria, una profesora de castellano, una historiadora, una cuidadora de personas mayores, una estudiante, y una mujer que realiza labores de voluntariado.
Son mujeres de distintas edades y profesiones pero capaces de reconocerse unas en otras sin necesidad de las palabras. Les une el coraje de haberse enfrentado y haber sobrevivido a la violencia y también de querer dar un sentido al sufrimiento padecido. Son todas ellas mujeres que han superado el estigma que les ha acompañado durante su vida para declarar públicamente que si bien han sido víctimas de la violencia de género, ahora son supervivientes y ponen a disposición de otras mujeres y de la sociedad su recorrido vital. Se pretende también con ello hacer un reconocimiento a las mujeres que han sobrevivido a la violencia y a todas las que se se están enfrentando a la misma sin ser siempre debidamente comprendidas.